Praderas sumergidas

La Posidonia oceanica es conocida históricamente como “alga de los vidrieros”. A pesar de su aspecto no es un alga, sino una planta conocida bajo el nombre de fanerógama marina. Es endémica del Mediterráneo y en Almería tenemos 16.000 hectáreas de estas praderas, consideradas de las mejores conservadas de España. Punta Entinas-Sabinar alberga la mayor superficie de Posidonia de Andalucía, contando con 2.275 hectáreas que afortunadamente fueron declaradas LIC (Lugar de Interés Comunitario) en el año 2006.

Su presencia indica la buena calidad de las aguas de Punta Entinas-Sabinar, ya que esta planta necesita la luz del sol para realizar la fotosíntesis, por lo que suele crecer entre los 30 y 40 metros de profundidad sobre fondos preferentemente arenosos.

Una planta muy importante

Las praderas marinas juegan un papel importante en la biología y la dinámica de nuestro litoral ya que desempeñan las siguientes funciones, fundamentales para nosotros:

  • Su entramado de raíces y rizomas estabiliza y consolida los sedimentos del fondo marino. Esto favorece la transparencia de las aguas y unas playas de arenas finas.
  • Cuando sus hojas secas se acumulan en las playas formando arribazones, que disminuyen el impacto erosivo de las olas y ayudan en el equilibro sedimentario de las arenas.
  • Como plantas, son responsables de una elevada producción de oxígeno y materia orgánica. Además, capturan gran cantidad de CO2, uno de los gases causantes del efecto invernadero.

Los habitantes de las praderas sumergidas

Gracias a la oxigenación de sus aguas, en las praderas de Posidonia encuentran cobijo, se alimentan y se reproducen muchas especies. Algunas de ellas protegidas, como la nacra y otras con interés pesquero, como la jibia, el pulpo o el salmonete. Todas ellas conforman uno de los ecosistemas con más biodiversidad del planeta.

Posidonia

Sus hojas pueden llegar a medir un metro de longitud por un centímetro de ancho. Su mayor crecimiento se produce en la época estival. Poco a poco, las hojas se van recubriendo de otros organismos, que viven sobre ellas, tapándolas y evitando la realización de fotosíntesis. Esto causa su muerte (cambiando el color verde intenso por el marrón) y su expulsión hasta las playas por los temporales. Las acumulaciones de hojas muertas de Posidonia en las orillas se conocen como arribazones y protegen nuestras playas de la erosión y del viento.

Una planta milenaria

La Posidonia crece muy lentamente, necesitando siglos para cubrir unos metros, y milenios para formar una pradera. Dimensiona, pues, la antigüedad de estos bosques sumergidos.

Su pérdida puede suponer que no vuelvan a crecer en al menos 100 años.

SOS Posidonia

Nuestras praderas de Posidonia se ven amenazadas por varios agentes:

  • La pesca de arrastre a menos de 50 metros de profundidad. Las puertas metálicas arrasan con todo lo que encuentran a su paso por el fondo.
  • El fondeo de embarcaciones de recreo, que con sus anclas arrancan la Posidonia del terreno.
  • Los vertidos de origen humano que provocan más partículas en suspensión, disminuyendo la transparencia y pureza de las aguas. Esto impide la buena penetración de la luz, perjudicando gravemente el proceso de fotosíntesis.
  • Este incremento de turbidez también puede darse por la realización de obras costeras, como puertos deportivos, espigones, o dragado.